domingo, 18 de mayo de 2014

Contrapunto.

Estoy en la sala escuchando al poeta.
Su voz desgrana las palabras en sonidos amables.
No, no son letras. Son colores.
Son inflexiones, melodías, pausas.
Ideas ornadas con palabras.
Palabras bordadas con letras de aire y aliento de imágenes.
Algo le responde.
El aire se ha sentido preguntado
y contesta un temblor leve
un susurro.
Corre la voz del aire y las hojas entonces responden
y ríen
y su risa es un rumor
un típico rumor de hojas.
Y la voz del poeta se eleva a apenas
y el dúo corona los alientos retenidos
de nosotros que escuchamos
algo hechizados.
Pero una nueva voz se eleva,
la mía muy adentro trémula
y tímida responde al aire que hacía reir a las copas danzarinas
y al poeta cantando ritos ancestrales.
Y mi voz queda resonando en mi cabeza y no llega a mi lengua
es un eco, una resonancia
una armonía con las dos voces tan claras que conversan.
Una cuarta voz entra en escena.
Algunas gotas han decidido venir a oir al poeta,
sus pies caminan por los techos y las cornisas
y son sus pasos los que percuten el ritmo de la cita.
El poeta es uno con el aire y el agua.
No podía ser de otro modo.
Con su magia los invoca.
Vibra el aire, y es un mensaje que invita
a los tesoros del mundo a bordar una sinfonía incidental en el tiempo
fugaz
única
irreproducible.
Estoy segura que más voces resuenan en las cabezas
ahora que todos somos poetas
crecidos por la magia del poeta leyendo,
configura los ritos del arte.
Y cada poeta canta con su propia voz
en silencios ocultos tras el aliento
los ojos entornados
las cabezas inclinadas
el pecho rítmico consonante con la lluvia.
Es perfecto el instante en que el arte se hace cumbre
y nos cose con su aguja de hielo.

gadsy / malvagris.

Violencia en negar la violencia.

Violencia en negar la violencia.
Violencia en negar la violencia negada.

La violencia me ha permitido más
de lo que me ha impedido, es cierto.

¿Acaso no fue la violencia sobre los otros
esa violencia que ignoré y tal vez ignoro
la que ha construido este escalón que hoy ocupo?

¿Acaso no me sostiene la violencia
que hace de mi piso el techo de otros?

¿Acaso no es la violencia el cincel
de esta pirámide que hoy me otorga mi comodidad?

Violencia, hay, sí, en negar la violencia.

Confieso que he sido parte de la configuración del mundo.

Confieso que alguna vez he usufrutuado algunos privilegios
y confieso que he defendido mi derecho a ellos.

Confieso que jamás he querido negárselos a otros
si bien he sido enseñada para creerme merecedora
y defender con altivez esos méritos.

Confieso que cada día recuerdo que la violencia
de tantas formas me ha moldeado
que ya no sé qué parte de mí es realmente mía
y cuál ha sido esculpida, desechando alguna parte propia al olvido.

Violencia sí, en negar la violencia negada
al haber abandonado mis propios restos perdidos.

Con dolor tal vez y sin memoria.

Violencia también en negarme esos recuerdos
y consentir las bondades de mi propia siega.

Tal vez lo conservado no ha sido mejor que lo desbastado.


gadsy / malvagris.

Violento es el mundo.

Violento es el mundo que sabe callar
la violencia que injusta e inútilmente
ha enmudecido los reclamos,
las voces de sus víctimas.
Violentas las personas
que deciden ignorar el dolor que roe
a los hombres y mujeres
del pasado
del presente
del futuro.
Violento el mundo que hizo fe de la crueldad como remedio
y armó guerras
cruzadas
inquisiciones
redadas
prisiones
las más clandestinas.
Violento el mundo que vio subir a los estrados
a los espíritus más crueles y perversos de la Historia
y los ha gloriado.
Violento el mundo que ha vertido lágrimas
y las ha secado con la manga
para victoriar ejércitos
reyes
presidentes
que a su vez habrán hecho vertir otras lágrimas
las ajenas
las del otro lado de la frontera.
Violento el mundo que goza admirando el lujo
la soberbia
los sarcasmos repugnantes
las burlas y los maltratos
mientras niega el pan y la dignidad
a los mismos otros por siempre negados.
Violento el mundo que adora las líneas de un mapa
como ídolos fugaces
con dueños invisibles escudados tras papeles
de pertenencia
o de sometimiento tras una guerra injusta
(las guerras son siempre injustas)
que hacen cambiar de dueño el aire
el agua
las hierbas y los animales
y (naturalmente)
los destinos de las personas que viven y mueren en ellos.
Violento el mundo que venera el dinero
esos papeles dibujados con arte distractivo
o esa presunción meramente numérica 
con sus promesas mentirosas

y su fantasía
más valiosa que su capacidad de hacer reales los deseos,
que ha vertido sangre
y ha malgastado más vidas que las guerras y las pestes.

gadsy / malvagris

sábado, 17 de mayo de 2014

A quién busco un día como hoy, intempestivo

¿A quién busco un día como hoy, intempestivo, 
con sol o con luna,
con nubes o sin ellas
con apenas una brisa, o con un ventarrón violento e impertinente,
o inmóvil como esperando una sentencia,
intempestivo digo,
porque mi cabeza cría vórtices caprichosos
y como rayos percuten latigan el cŕaneo
y yo sé que tarde o temprano partirán los muros
y no sé si eso aliviará la presión
o liberada la tormenta
arrasará con el mundo y sus confines?
¿A quién entonces busco, un día como hoy,
como otros, como casi todos los días,
pero peor los días que me entero de nuevo del atrevimiento procaz
de unos pocos mismos
que con la indiferencia entretenida en engaños
de los pueblos anestesiados
de los intelectuales ensoberbecidos
como cómplices presuntamente ausentes
(juntos, digo)
barren y segan, segan y barren
nuestras pequeñas libertades cotidianas?
Que empiezan a llamarse libertades
cuando dejamos de hallarlas.
Que creemos que con llamarlas derechos
las recuperaremos.
Que con esa puerilidad irritante
hacemos que ocurran
y nos decimos ya va a pasar
todo pasa
no pasa nada.
¿A quién, que escuche, un día como hoy,
enfurecidos juntos tras una piel inmóvil
la voz muda
los ojos incrédulos,
a quien con quien ampararnos bajo alguna cornisa impotente
si nos están pudiendo por todos lados?
¿A quién buscan estas letras
que con un orden caprichoso hacen algunas palabras
(bastante más palabras que ideas)
antes pensadas
lloradas
inútiles e impotentes?
¿A quién?
Si todos están mirando para otro lado
como si nada de todo esto estuviera pasando
y siempre el clima fuera apacible...
Y las tormentas sólo fueran de agua
de viento
de barro
de hielo?

gadsy / malva gris.