jueves, 31 de diciembre de 2009

A los voluntarios que se han ido

Hoy supe de varias banalidades.
Las trae la radio,
pasan atrapadas en marquesinas
mientras mi auto rojo va hacia algún lugar
necesario,
importante,
urgente.
Y yo tras el dócil comando circular
veo pasar los carteles
estridentes,
bellos de tantas líneas siliconadas,
hermosos de tantos colores iluminados,
perfectos de tantas musculaturas broncíneas,
elocuentes de tanto ingenio estudiado.

La radio canta,
la radio cuenta.
Repite,
insiste,
cercena.
Amputa el mundo
y sólo me muestra
la noticia,
según los otros.
La miseria, hoy, no me toca.

Mientras tanto
pasaron los meses.

Yo tras el volante de mi auto rojo,
colándome entre los rezagados,
dejando paso cortésmente,
dejándome fagocitar por semáforos,
barreras,
vidrieras,
parques, autopistas, avenidas.
Sorprendida al paso infrecuente
franqueado por la creciente villa 31.

Mientras tanto
se acababan las horas.

Yo vigilante de las luces rojas
y los transeúntes sospechosos.
Yo cuidadosa de esos de mirada torva,
que se acercan,
equívocos
cuando la jauría me atrapa detenida.
Descartando eventuales estrategias
disuasivas o de escape
ante el innecesario sinsentido
que nos amenaza a ambos.

Y mientras tanto
los minutos se agotaban.

Y yo me dejaba entrampar
por las dicusiones vanas
y las noticias vendedoras.
Reconozco.
Soy cómplice de mi ignorancia.
Yo atravesando la ciudad
con sus paisajes transidos de belleza.
Los árboles con sus hojas
bordando el cielo de la tarde.
Los cables con sus palomas
labrando esterillas en lo alto.
Los charcos con sus edificios,
espejos de otro cielo.
Las luminarias punzando la noche
como astros.
Permanentemente conmovida.

Y yo me sumerjo con las noticias
en ese otro mundo
y por un instante, muy breve, lo hago mío.
No es el único mundo que me es ajeno.

Mientras,
se consumían los segundos.

Yo con mis maniobras
atentas,
distraídas,
certeras,
equivocadas,
controladas,
improvisadas...
llegando siempre.
Dentro o fuera de mi auto rojo.

Mientras,
la sangre se detuvo,
el pecho quedó quieto.
Ignorado.

Y la noticia es sólo la muerte.


Malva Gris / gadsy

30-dic-2009
De "Poemas erráticos"
A la memoria de Mónica Carranza

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