miércoles, 1 de abril de 2015

Casi todos los días.

Casi todos los días, sí, casi todos,
escribo y si no escribo pienso que escribo.
Escribo porque las palabras
se me hacen cadenitas o encaje en el papel
pero no en el aire.
Como una medicina casi todos los días escribo.
No escribo porque sepa
no escribo porque crea
que mis palabras componen algún arte.
Sólo que casi todos los días
me impulsa el ritmo del aliento
de la bomba del centro del pecho
de la red eléctrica desde adentro del cráneo
involuntario y fisiológico
mi organismo me impone la escritura.
Y yo casi todos los días, sí, algo escribo.
Como exhalo, así escribo.
No recojo el aire expulsado
ni vuelvo a respirarlo
o sí, tal vez un poco mezclado.
Tal vez por eso me repito.
Y se hace manía de agrupar las palabras
en renglones distintos
como forma de bordar un diseño
escalonado
caprichosamente
con ritmos desparejos
como melodía improvisaba
sin metas
sin formas
así porque las palabras crecen desde el margen izquierdo
porque brotan como la humedad de las paredes
o el musgo de las rocas.
Y sí, casi todos los días escribo
y si no escribo pienso que escribo.
Y van quedando las palabras sucesivas
como cabellos caídos
en los contiguos cuartos de mi casa
como pestañas en la mejilla
ocasionales
como suspiros sin motivo
así escribo.

gadsy / malvagris

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