Me pregunto como también se
preguntan los poetas,
Qué
sortilegio invoca a la musas.
Porque es
verdad aunque el racionalismo falaz intente
Poner en
alma, esculpir en mente,
Que con
trabajo y disciplina alcanza
no me consta
que sentarse a la misma hora
Munida con
papel y lápiz o computadora
La cabeza
regular y el alma igual
Puedan salir
palabras combinadas de tal suerte
Que puedan
trascender la muerte del poeta.
Anónimamente
Esperará la
ráfaga incontenible,
La furia
indescriptiblemente tirana
De la sangre
que arrastra las palabras
Y como un
orfebre las incrusta en algún papel.
Yo no
entiendo, es verdad, muchos de los poemas que circulan.
Crípticos,
breves, implacables.
Me siento
gárgola y no ave, cuando las leo
Y no puedo
comprender qué significan,
Qué las has
inspirado o qué intenciones llevan.
Yo soy más
literal,
Más simple.
Tal vez
alguna imagen escape de la regla,
Pero igual
apuñala la sensación,
certera creo
yo,
a medida.
Pero qué
convoca la idea, la emoción,
Es otra
cosa.
La intención
es diversa y a veces contamina
Y corrompe
la letra autónoma que quiere abrirse paso.
Yo no me
interpongo,
Y aunque sin
fortuna trato
Permito que
nazcan y tal vez hasta fructifiquen,
Como las
flores.
A mi lado
pasan las musas cuando van tras algún poeta
Y de su halo
me embriago,
Brevemente,
Por su solo
paso.
Malva Gris / gadsy
Octubre - 2009
De "Poemas de Octubre"
De "Poemas de Octubre"
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