Si yo pudiera cortar la cuerda
que antes vibraba sonora
y de tan rígida ahora es una daga
haciéndote girones,
por vos,
lo haría.
Si conociera la magia
que permitiera sorber tu hálito
y enviarlo al infinito como pájaros de hielo,
yo, por tus días pasados,
lo haría.
Ahora hay muchos lazos
reteniédote al castigo inmerecido
de ser ejemplo de fragilidad y dependencia.
Salvo por el miedo a la Muerte Redentora
(presente griego, el miedo,
que propicia tantos otros males),
nadie querría vivir más de la cuenta.
gadsy/malva
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