domingo, 9 de noviembre de 2014

Cuarentitrés (*).

Cuarentitrés,
eran cuarentitrés corazones latiendo
cuarentitrés voces que habrán jurado amor
habrán incumplido ya alguna promesa
habrán debido faltar a alguna cita.
Cuarentitrés voces en silencio
cuarentitrés últimos latidos
clamando justicia.
Cuarentitrés últimas palabras
cuarentitrés jóvenes casi niños
cuarentitrés futuros maestros
cuarentitrés voces que se multiplicarían
en las aulas.
Claro, iban a ser cuarentitrés que no callarían.

Y vino la policía
y fueron cuarentitrés desaparecidos
que por más de treinta días
estaban en algún sitio sin rastro y sin testigos.
Cuarentitrés cuerpos inertes incinerados por un único fuego.
Cuarentitrés leños fueron y no toleraron que aún siguieran enteros.
Cuarentitrés entonces ya sin vida
fueron despedazados.
Pero ni aún así puedieron callarlos.
Y fueron cuarentitrés multiplicados silencios
arrojados al río.
La común fosa de agua que los ha bendecido
en su único lecho.
Y ahora son cuarentitrés respuestas pendientes.


[Nota: inmediatamente después de escribir esto se difundió la noticia de que los restos carbonizados arrojados al agua, no eran de los estudiantes normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.
La pregunta es: ¿de quiénes son?]


(*) Prefiero cuarentitrés y no cuarenta y tres, si bien no está aceptado aún es cuestión de tiempo.


gadsy / malvagris


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