miércoles, 26 de noviembre de 2014

Cuarentitrés (II).

Cuarentitrés (*).

¿Pero qué importa cuántos?
Uno.
Aunque fuera sólo uno.
Un silencio como ojo de tormenta.
Pero no.
Son cuarentitrés.
Cuarentitrés silencios que llaman sin palabras.
Pero dónde.
Dónde están guardadas sus voces.
Dónde resuenan mientras esperan que se apaguen.
No ven acaso que son cuarentitrés voces replicadas
por millones
en ecos cruzados de ida y vuelta
por el mundo y por los días.
Es imposible ya callarlas.

Dónde insisten inútilmente silenciarlas.
Acaso no ven que son cuarentitrés silencios multiplicados
porque cuarentitrés eran las voces.
Qué importa ahora cuáles eran sus palabras.
Cuarentitrés son en la espera.
Y oir sus voces diciendo hemos vuelto.
Dar cuarentitrés bienvenidas.
Dónde están.
Dónde están queriendo callarlas.

gadsy / malvagris.

(*) insisto en usar cuarentitrés en lugar de cuarenta y tres. Y sigo hablando de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

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