miércoles, 25 de febrero de 2015

Inútil trabajo.

Inútil trabajo es querer aniquilarte,
podrán matar a hombres y mujeres,
y aun anidando en sus pechos
pensada y alimentada en sus cabezas
incendiando sus venas
desaparecidos ellos
desaparecidas ellas
tampoco así desaparecerías.
Cómo es posible que siendo arrasadas
las negras multitudes
aún así germinen,
cada generación,
las mismas ansias
las mismas urgencias.
Cómo se explica que no se amedrenten
las desencantadas multitudes
y persistan en acunarte
hecha diamantes la mirada.
Inútil tarea es planear tu exterminio
no es posible.
Verdadera Fénix
renaciendo de sus despojos
o incluso menos.
Sin saber siquiera tu nombre
sin conocer tu historia
ignorando los nombres de tus mártires
pese a todo ello
fermenta en los pechos,
los brazos y los sueños.
Acallarte es imposible
una vez que tu voz ha sonado
como manantiales y pájaros en la aurora.
Haber oído tu susurro
equivale a buscarte en cada vez más detalles.
Inútil trabajo es intentar silenciarte
no hay voz más potente que el silencio.
Más allá de las arengas de los mitines
y de las canciones atronadoras de los recitales
es en el silencio,
en la intimidad,
en el goce o en el dolor
donde no dejás de crecer y echar raíces.
Inútil tarea es negarte
siempre resurgiendo como un grito contenido
una necesidad postergada.
Me niego sí, a veces,
me resisto sí, cansada o temerosa,
pero es una levadura de fuego
que termina finalmente encendiéndome.


gadsy / malvagris.

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