miércoles, 4 de marzo de 2015

Los últimos días del verano.

Los últimos días del verano
con sus luces nacaradas
resignando su luz a las mieles del otoño.
Le ha arrancado ya
las primeras escamas de oro
como un pez cincelado
en la luna un atardecer cualquiera.
Ya desata fulgores alimonados
la copa del árbol tempranero
presuroso de desvestirse
para entregarse antes al invierno
que redime con su soplo
de navaja y purifica la savia.
Las calles crepitan en estallidos breves
bajo mis pasos
o en danza intempestiva
de la brisa breve.
Es imposible no morir un poco
acuchillada con la maravilla
que desmayada renuncia al azul
y busca el rojo.
Me asesina el otoño prometido
dulcemente
como la mirada helada de Medusa.

gadsy / malvagris.

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