martes, 3 de marzo de 2015

Quise robarte cadenas

Quise robarte cadenas
y soltarte las manos
y alivianar tus tobillos
entonces te dije las palabras
las benditas palabras
las mágicas palabras
como quejas
como denuncias
y no sé si pude
o si los eslabones hendían tu carne
y te arrastré con ellas.

(Si no te dejás vaciar de palabras viejas
los grilletes crecerán con raíces hasta el hueso).

No, no así.

No hay que cerrar los oídos.
Simplemente dejar las palabras nuevas
entrar como brisas
lavar la cuenca de la cabeza expectante
y algún sonido áureo
o un silbido resplandeciendo
pulirá seguramente nuevas formas.

Entonces sí
las raíces de metal que aprisionan tus muñecas
y tus pies a un palenque
directo al centro de la galaxia
se quemarán con una nueva luz
y los eslabones
oxidados ya
se dejarán sacudir sin resistencia.

Entonces sí
robarte cadenas
sin permiso
sin delicadeza
como un ritual
de alas abiertas.

Entonces sí
el silencio y el goce
sin lastres
sin nudos
la garganta limpia
los huesos firmes.

gadsy / malvagris

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