Si uno lo deja,
el mundo muestra sus matices más caprichosos.
Si uno acepta el azar
el azar te regala destellos irreales
los reflejos de los milagros
la fuerza atropellada y esquiva
de lo imposible.
Entonces las palabras son torrentes de sentidos contrapuestos
y las sonrisas se escapan
de rostros cuyas cabezas están preocupadas,
y los ceños se repliegan
sobre sonrisas de auténtica alegría.
Contradicciones.
Porque si uno lo deja
el mundo se divierte en sus enloquecidos vaivenes,
su autismo
su esquizofrenia
y no puede evitar dejar ver
aquello que se empeña en ocultar.
Qué hermoso resulta ese desorden negado
entonces,
indomable
de esfuerzos vanos,
ese instante apenas
de transcurrires y ocurrencias fugaces
descontrolados
que serán prolijamente justificados luego
para explicar lo inexplicable.
Si uno lo deja
el mundo y sus realidades se muestran tal cual son
perversa y beatíficamente mágicos
a la vez.
Esfuerzos intencionales
con resultados inversos
e interpretaciones falaces.
Entonces
divertida
agradecida y cómplice percibo una humorada
y me parece que es una gracia
un error
un milagro
estar observando todo desde fuera.
gadsy / malva gris.
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