jueves, 11 de julio de 2013

Caballo desbocado.

Caballo desbocado sería tal vez, un instante,
si se cortaran las riendas que me limitan el paso.
Y si superados los riesgos quedara sola
me detendría a beber de alguna acequia.
No sabría adonde más ir
y no me importaría
tarde o temprano encontraría a otros como yo,
-sentiría.
Siempre es posible volver
aunque ya no siendo la misma.
Es verdad.
¿Pero y si no se cortaran y sólo les perdiera el miedo?
Sería un caballo mañero
pero no salvaje.
No sería dueña siquiera de mis rutas
y mis paisajes.
Ni tomaría el riesgo, la incertidumbre del futuro,
con cada trago de agua,
con cada paso.
¿Valen esas simples certezas
esa seguridad que brota de la fe industriosa
a fuerza de repetición de las mismas tareas
día por día,
noche por noche,
hora por hora?
¿Acaso no sería la emoción
apenas la añoranza de un paisaje robado
a un instante
que me sale al paso
por no atreverme a buscarlo?
No acepta acaso,
el caballo salvaje
el riesgo de la serpiente,
del granizo y el rayo?
En ese momento sólo eso importa,
y luego (si hay un luego)
otro tramo de vida habría sido ganado.

gadsy/malva gris


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