sábado, 16 de marzo de 2013

Yo emergiendo del abuso

Dedicado a las mujeres abusadas, maltratadas, que no bajan los brazos.

Yo emergiendo del abuso
musculatura, coraza, coraje me hice.
Nadie más podrá amedrentarme:
te llevaré de paseo al infierno conmigo
para que no me olvides
en la eterna hoguera de los desesperados.
Ya no soy frágil.
La virginidad de los cristales
no me define.
Ungida por el dolor
armada por la supervivencia
no me verás suplicante.
No busco tu lástima.
Porque yo emergiendo del maltrato
roble, ombú, quebracho me hice.
Pródiga de vida
lo que tengo para ofrecer es lucha.
Y mi lucha será a la vez
arma de los más débiles
que dejaré ampararse bajo mis alas.
Alas que torpemente recién me alzan en vuelo
y azotan el aire
como caricias de afiladas garras.
Sí, esto soy ahora.
Ni frágil, ni aguardante de tu tutela.
Soy el mejor soldado de las banderas de las bases.
Del movimiento bullente
horizontal
de las carencias.
Esa soy.
Carne de cañón
de la vida a medida de los otros
en un frente en donde otras como yo ya habían perdido,
yo, no caeré vencida.
Yo emergiendo de la brutalidad
de haber competido en fuerza con los hombres
para la conquista del pan de cada día.
Yo que estibé como el más fuerte
como Ulises,
como Sansón,
como Hércules,
soy columna, soy templo de la fuerza
que conquisté esquivando los hachazos de las privaciones.
No tengo de qué arrepentirme.
Yo emergiendo de la vergüenza
mi mayor orgullo es esto que estoy siendo.
Soy mi orgullo,
el haber podido ser pese a toda oposición
y eso ofrezco,
ese es mi tributo y mi agradecimiento.
Yo emergiendo del oprobio
ni vergüenza ni arrepentimientos cargaré conmigo.
Mi ritmo será el ritmo de los míos
y mi marcha será la marcha de nuestros destinos.


gadsy / malva gris.

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