sábado, 2 de marzo de 2013

Dueños.

Tal vez soy de los que se creen 
dueños de la naturaleza.
Tal vez me piense con derecho 
ingenua o impunemente
a disponer de los árboles
de los mares y sus peces
de los cerros y sus arroyos
de otros animales y sus crías.
Tal vez creo que son míos, 
como mi mano o mi lengua.
Pero si no domino ni mi mano ni mi lengua, 
¿que ilusión es ésta de poseerla?
¿que pretensión absurda es, de dominarla? 
Apenas huésped
importuna. 
Una invasora
sin invitación
ni mesura.
Una predadora bastante necia
que cree en su ingenio más que en el equilibrio
y la necesariedad.  

gadsy/malva gris

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