sábado, 2 de marzo de 2013

Donde debería haber.

Donde debería haber hierba hay edificios, 
organizadores, 
clasificadores
de los días de los hombres
debidamente agendados, 
compartimentados en segmentos de reloj, 
de anaqueles,
carpetas, biblioratos, 
pañoles, 
en fragmentos de orden ajeno. 
De un orden que debe ser,
según la presunta sabiduría industrial
replicada en serie,
de una especie
un poco necia
y bastante violenta.
  
Y donde deberían crecer árboles hay asfalto. 
Caminos para llegar a algún destino
a alguna meta, 
una misión metafísica, 
creencia que lo ha empujado a recorrer los mismos pasos
una y otra vez, 
para invadir sembradíos, 
bosques, selvas, 
aldeas, 
para irrumpir en los sueños con sus pesadillas.
Creyéndose portador del derecho de uniformidad
forjando senderos, rutas, autopistas
de tránsito cada vez más veloz
para no notar la prepotencia y arrogancia
de su mesianismo.

Donde debería haber una mirada
hay una venda.
Enceguecidos por los dogmas
por las leyes, 
los mandamientos
inundados de lugares comunes
que repetimos como el eco de los abismos
de los mismos abismos que nos incompletan.

Allí donde debería estar la imagen en el espejo
hay un predador, 
eso sí,
de muy buen aspecto. 

gadsy / malva gris 

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