lunes, 29 de abril de 2013

Violencia.

Violencia ésta es como lava que crece incontrolable, 
que se derrama
que quema
desde adentro hacia afuera.
No me impidas la justicia de elegir cómo vivir
si no hay daño en esta sencillez,
de placeres simples,
de canto, de dicha
de una comida compartida
de los amigos
de un trabajo gratificante
como un juego.
No me obligues a ocupar el lugar de otro.
No me digas que no hay lugar para los dos.
O para los muchos.
No me digas que alguien tiene que quedarse afuera
de la fiesta de la dignidad
de la vida feliz y gozosa.
No insinúes que las palabras de los locos y los pobres
deben acallarse.
No insistas en que hay cosas que es mejor no saber
no invocar
no nombrar.
Porque es violento que me inculques tu violencia
tu necesidad de ponernos más abajo
o tu capricho de colocarme más arriba.
Yo no necesito eso.
No necesito escaleras ni pirámides para elevarme
y dejarme conducir por las ráfagas del verano.
Yo necesito vivir simplemente
repleta de atardeceres y brisas tibias,
ornada de canciones
danzas, pinturas y poemas.
Porque es violento que me digas que eso es poco,
que no le sirve a la patria o a la empresa,
que seré castigada con el hambre
que seré expropiada de mi casa
de mi dignidad
y de la mis queridos compañeros de vida.
No me inflijas el dolor
de decirme que mi idea de la vida
es pobre
es pueril.
Que tengo que aspirar a más
para ser respetada.
Que debo inventar estrategias
para adquirir respeto.
Porque es violento.
Como magma que quema mis arterias y calcina mis sienes
como géiser que vacía las cuencas de mis ojos,
como carbones al rojo que me destrozan la garganta con su cal.
No quiero sentir esta violencia como cuchilladas en todo el cuerpo
no quiero que me hagas esta violencia de amoldarme a la tuya,
quiero vivir como me decían las estrellas cuando niña
y las miraba maravillada
como una joya propia
íntima
imposible de robar.


gadsy / malva gris.

No hay comentarios:

Publicar un comentario