jueves, 4 de abril de 2013

Te imaginaba como un reflejo.

Te imaginaba como un reflejo, enfrentados.
Como dos versiones de uno mismo.
Como el mismo personaje inmerso en un sueño
y en una pesadilla
confluyendo en un paradójico encuentro.
Como los legendarios universos paralelos
con los muchos juanes y las numerosas marías
tal vez de igual rostro
iguales espíritus
pero sometidos a distintos látigos y caricias.
Como la misma historia,
como el mismo protagonista
escrita una y otra vez,
siempre distinta,
unas dichosas, otras malditas.
Asi te imaginaba, como un reflejo, enfrentados
y con otro rostro,
otras manos u otra carne,
otro orden en los huesos,
otros colores
otros aromas
otros brillos.
Así te imaginaba, como un reflejo, enfrentados
las mismas noticias
con distintos significados
con distintos placeres y dolores.
Y ahí frente a frente
un asalto.
Yo con algo que estaba en tu deseo,
Yo con algo que estaba en tus cálculos,
Yo con mi propiedad
y vos con un arma tal vez.
Te imaginaba como un reflejo, enfrentados
pero sin poder distinguir en cuál cuerpo estaba.
Si poseía o ansiaba poseer.
Si arriesgaba por obtener o por conservar.
Y si tenía sentido todo aquello.
Pero sólo imaginaba.
Y te imaginaba como un reflejo, enfrentados.

gadsy / malva gris. 

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