finalmente mueren con sus alas cerradas.
Su vida es tan corta,
que se escurre (creo yo)
a punto de emprender el último vuelo.
Pero jamás había visto
una mariposa muerta con sus alas abiertas.
Mostrando al mundo sus formas
sus colores
su terciopelo
por última vez y para siempre.
Esta mariposa,
la que está en mi mano
descansó tal vez antes de morir.
Quizás una conciencia muda
le arrebató el último segundo
con mil imágenes de flores
de nubes
de soles.
O hizo un último intento de batir sus alas
y la muerte la apagó en medio de su esfuerzo.
Esta mariposa,
la que está en mi mano
me deja que siga atestiguando lo que fue
la gloria de su vuelo.
Para que no olvide
que no sólo es honor de pájaros morir de mal vuelo:
también las mariposas
mueren sorprendidas
generosas
ofrecidas
como un tributo.
Malva Gris / gadsy
No hay comentarios:
Publicar un comentario