miércoles, 1 de agosto de 2012

Mi camino.

No debería haber vergüenza del pasado,
sin vergüenza del presente.
Si los días gozados y padecidos
aquí me condujeron,
y creo estar en el lugar correcto,
bien valieron las horas
que pisé consecuente
esculpiendo este futuro.
Aquí estoy,
con esto que traje
con esto que soy.
Y soy
por lo que fui
lo que dije
lo que hice
lo que callé
lo que dejé para después.
No puedo ser más que esto
si alcanza,
no puedo negarme
no puedo esconderme
ni vestir otras máscaras.
(Nunca vestimos otras máscaras
-pienso, me consuelo-
cada máscara es una versión
de uno mismo.
Aún la de la mentira.)
Y si no alcanza
lo ignoraré tal vez
o harás que lo sepa
y tal vez me sienta triste un tiempo
y decida o no otro rumbo.
No puedo negar el presente
el lugar donde estoy
lo que veo
a lo que me ha conducido
ser quien fui
todo este tiempo.
Eso no tiene remedio.
Como no tiene remedio
que lea estas palabras
quien las lea
y que su mirada benevolente
o condenatoria
me haga volver a existir
de otra manera.
No la mía,
la mía que es real
ésta, la no negada,
la del premio o la resignación.
La que entenderé
bien o mal en el futuro
el futuro que hoy tejo
con éstas u otras horas,
días,
palabras.

Malva Gris / gadsy

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